Se está desarrollando un giro interesante en la política comercial de EE. UU. bajo el presidente Donald Trump. En un momento actúa como un halcón, amenazando con aranceles punitivos a los socios de Estados Unidos, y al siguiente se viste con el manto de pacificador. Recientemente, la Casa Blanca accedió a extender un mes más la prórroga del arancel del 50% propuesto por Trump contra la Unión Europea. Los líderes de la UE respiraron aliviados, con tranquilidad esperada hasta principios de julio. Sin embargo, este alivio podría ser de corta duración.

"Hoy recibí una llamada de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, solicitando una extensión del plazo del 1 de junio sobre el Arancel del 50% respecto al Comercio y la Unión Europea. Acordé la extensión — 9 de julio de 2025 — Fue un privilegio hacerlo", escribió Trump en Truth Social.

La declaración se produjo solo unas horas después de que von der Leyen describiera su conversación con Trump como una "buena llamada". Según la presidenta de la Comisión, los países de la UE ahora están "listos para avanzar en las conversaciones de forma rápida y decisiva".

Cabe destacar que, la semana pasada, Trump amenazó con intensificar la guerra comercial imponiendo un arancel del 50% a los productos de la UE a partir del 1 de junio. Quedaba la incertidumbre sobre si se trataría de un nuevo gravamen o de una adición a los aranceles existentes del 20%.

Las amenazas de Trump reflejan su frustración con lo que considera negociaciones estancadas con los líderes europeos. "¡Nuestras discusiones con ellos no van a ninguna parte!" escribió el presidente, añadiendo que es hora de impulsar las conversaciones. Sus comentarios más recientes subrayan un patrón familiar de anunciar primero aranceles contundentes y luego cambiar rápidamente de rumbo.